Por sus numerosas ventajas, este tipo de cirugía mínimamente invasiva está destinada a convertirse en el procedimiento habitual a la hora de abordar el tratamiento de una serie de patologías como la hernia discal y la estenosis de canal.
Se trata de una técnica quirúrgica centrada en la exploración del canal espinal mediante una cámara que cuenta con un sistema óptico como fuente de luz, conectada a su vez a una pantalla de alta definición.
En constante evolución durante los últimos 20 años, la cirugía endoscópica busca proporcionar nuevos métodos y vías de acceso a la hora de abordar la columna vertebral.
La cirugía endoscópica de la columna vertebral se desarrolla en dos fases:
La primera de ellas requiere de unos 30 minutos en los que se anestesia al paciente y se le coloca en posición decúbito prono con almohadillas en el tórax y en la región pélvica. Además, se establece basculación en flexión de las extremidades inferiores. Para identificar el tipo de abordaje y la entrada de la cámara óptica se emplean proyecciones anteroposteriores y laterales de rayos X que se realizan en la misma sala gracias a la tecnología que hoy en día nos acompaña en los quirófanos híbridos.
La segunda fase dura aproximadamente 45 minutos. A través de una incisión de apenas 2 centímetros en la piel se coloca una cánula en cuyo interior se introduce la óptica que permite ampliar el campo de trabajo. Con ello se elimina la necesidad de llevar a cabo grandes disecciones para acceder a la columna del paciente. Una vez dentro del canal espinal, se realiza la separación de la raíz comprimida para extraer el fragmento herniado.
Tanto en la cirugía discal como en la cirugía de estenosis de canal, el paciente permanece un solo día ingresado; teniendo que acudir transcurridas dos semanas para quitarle los puntos que se le hayan realizado.
Aunque es posible hacer vida normal desde el momento en que se abandona el hospital, la experiencia del equipo de Neurocirugía Torres nos dice que el tiempo de recuperación completa oscila entre uno y dos meses. Tras ese periodo, el paciente podrá reanudar su actividad deportiva y reincorporarse al trabajo, en caso de que este le exija esfuerzo físico.
En Asturias, el 90% de las personas que sufren dolor de espalda a causa de una hernia discal mejoran de forma considerable a base de reposo, analgésicos y fisioterapia. Dado que solo un 10% de los casos precisa intervención quirúrgica, desde Neurocirugía Torres, servicio de Neurocirugía del Centro Médico de Asturias, recordamos la importancia de acudir al especialista para que evalúe el alcance de la lesión mediante pruebas diagnósticas como la resonancia magnética o la electromiografía. Su valoración determinará la necesidad de someterse a una intervención o bien recurrir a un tratamiento más conservador.