Casi todas las personas han sufrido en alguna ocasión un dolor de espalda. Una mala postura, un sobreesfuerzo muscular, un levantamiento de carga inadecuado… Si bien estos problemas no entrañan gravedad alguna ¿en qué momento el dolor de espalda se convertiría en una preocupación?
Por lo general, la hernia discal y los dolores lumbares se asocian a adultos o personas de una edad más avanzada, aunque también es motivo de queja entre los más jóvenes.
Como destaca el neurocirujano José M.ª Torres, estas patologías son las más frecuentes en jóvenes, pero, por suerte, son muy poco habituales respecto a otros grupos de edad.
En primer lugar, ¿cómo se produce una hernia discal? Para empezar, esta enfermedad aparece cuando parte del disco intervertebral se desplaza de su posición y, en consecuencia, se aproxima de forma progresiva hacia la raíz nerviosa. El desplazamiento de este disco ejerce cierta presión sobre el nervio y, como resultado, surge un dolor localizado en la zona lumbar.
En términos generales, la patología discal suele estar asociada al envejecimiento de los discos lumbares y, por tanto, es considerada una enfermedad propia de la edad adulta o más avanzada.
En relación con este planteamiento, nos pueden surgir distintas preguntas: ¿Qué puede causar la aparición de hernias discales en edades tempranas? ¿Qué signos o síntomas permiten a los pacientes detectar su enfermedad? ¿Qué pasos se deben seguir y evitar al padecer una hernia discal?
La principal causa de hernia discal en jóvenes y adolescentes son los accidentes deportivos. En concreto, los deportistas de alto rendimiento son los pacientes más habituales en las consultas de neurocirugía, debido a que son aquellos que están más expuestos a estas lesiones por su intensa actividad física.
En la mayoría de los casos, el detonante para que un disco vertebral sano se hernie puede ser un traumatismo o una caída. Estas situaciones son aparentemente inofensivas y, sin embargo, pueden esconder un grave problema.
“Cuando hay que intervenirlos, lo ideal es hacerlo de forma poco agresiva, para que puedan a volver a su actividad con la mayor brevedad posible, tanto por el disco que tenemos que quitar como por el abordaje que tenemos que hacer”
En el caso de que se haya sufrido una caída o una lesión en la espalda y aparezca dolor, es conveniente visitar a un médico. Dependiendo del tipo de lesión, podemos estar ante dos posibles situaciones:
En el primer caso, la lesión del paciente demandaría tratamientos de fisioterapia con el fin de lograr una recuperación rápida y con garantías. La mayoría de las lesiones pueden mejorar con un tratamiento conservador, de forma que el porcentaje de pacientes que terminan por someterse a una intervención quirúrgica es mínimo.
Por el contrario, si la gravedad de la lesión es mayor, es conveniente acudir la consulta de un especialista en neurocirugía para recibir el diagnostico adecuado. Para obtener los mejores resultados, la cirugía mínimamente invasiva garantiza al paciente una recuperación más rápida.