Permite la visualización de los órganos internos del organismo gracias a la diferente densidad de los tejidos que los componen.
En la actualidad, gracias a los más modernos equipos, la cantidad de radiación que recibe el paciente es mínima. Sin embargo, es importante informar de ello al paciente para que colabore al máximo y así reducir el tiempo de exploración al mínimo imprescindible.
Lo normal es que la exploración dure entre 5 y 10 minutos, dependiendo de la colaboración del paciente.
En pacientes nerviosos o ansiosos, o que no colaboren apropiadamente en este sentido, como los niños pequeños, puede estar indicado el uso de algún medicamento de tipo relajante o sedantes suaves unos minutos antes de entrar en la sala de exploración.
En general, a menos que el personal del servicio de radiología indique lo contrario, el paciente no debe tomar ningún alimento sólido desde cuatro horas antes de la exploración, pero puede beber tanto líquido como desee.
Para someterse a la TAC o escáner, el paciente debe despojarse de todos los objetos metálicos, prótesis dentales, adornos y joyas que pueda llevar encima.
No suele ser necesaria la interrupción del tratamiento que se pueda estar tomando por prescripción médica. Si se va a realizar una TAC con contraste, que normalmente es a base de yodo, suele ser precisa una analítica general previa, con el fin de asegurarse de que los riñones del paciente funcionan correctamente, ya que el contraste se elimina por esta vía.
El contraste se administrará al paciente por vía intravenosa u oral, dependiendo del área del organismo que se vaya a estudiar. En algunos pacientes puede producir reacciones alérgicas. Ello debe ser advertido por el personal sanitario que vaya realizar la prueba o por el paciente que va a ser sometido a ella.
La TAC se reserva generalmente para exploraciones en las que un estudio radiológico o ecográfico previos no han conseguido llegar a un diagnóstico concreto.
Puede estudiarse con la TAC la práctica totalidad del organismo y según la zona anatómica que se vaya a estudiar la exploración tendrá unas características determinadas, pero las zonas en que más habitualmente se emplea esta exploración son las siguientes:
• TAC de cráneo
La TAC de cráneo proporciona cortes del cráneo de 8 milímetros de grosor, paralelos entre sí (como si de rebanadas de pan se tratase) y permite estudiar todas las estructuras craneales desde diferentes puntos de vista. Se puede utilizar para el estudio de los traumatismos craneoencefálicos y sus secuelas, los ictus o accidentes cerebrovasculares, las malformaciones congénitas, los tumores y las infecciones.
• TAC ósea
La principal utilidad de la TAC ósea es el estudio de la columna vertebral, generalmente después de la radiología convencional.